lunes, 31 de octubre de 2011

Un año más, una dolor más

0 comentarios

Pasan los días, los años, y la vida sigue como si no les importará el hecho de que dejaste este mundo sacrificando tu vida, aguantando el dolor, con la única finalidad de dejarme el regalo más preciado que una hija podría dejar por su padre: una relación con Dios.

 

Fuiste muy sufrida amor mío, y mucho de tu sufrimiento es mi responsabilidad. Pude hacer más feliz tu vida y fui incapaz, intolerante e ignorante. Hoy, 4 años después de tu partida, se que es muy probable que vengan otras niñas más a mi vida, pero como tú y como Mishka no habrán nunca más.

 

Extraño tu peso en mi cama, tu respiración y tu jadeo aletargado como diciendo “bueno, ni modo, si tengo que ponerme esa bata polar de noche, habrá que ponérsela”. Siempre a mi lado, tú más que nadie sabías mi estado de ánimo sin tener que comentártelo o hacértelo saber. Tú siempre buscándome desde todo sitio, viendo la forma de estar siempre a mi lado, lo necesite o no, pues cuidabas de mi como no lo hizo nadie antes que tú.

 

 

Todo problema tiene solución en esta vida, pero la gracia esta en que no siempre la solución es de nuestro agrado. Te amo Malú, jamás lo olvides, ni dudes de ello. Eres mi niña, mi hermosa pastor alemán, la que sacrificó su vida por el gesto de amor más hermoso que alguien pueda dar a otro ser humano en esta vida: la fe en Dios padre.

 

En mis rezos diarios están, al salir de casa:

 

Virgencita de Chapi, cuida mi casa, protege a mis mamis y vela por mi para que regrese bien.
Ten siempre cerca nuestro a Mishkita y Malucita, tenlas siempre en un jardín verde muy bonito.
Dame la paciencia y sabiduría para ser un padre ejemplar, un esposo digno y un hijo más comprensivo.
Permite que todas las propuestas de trabajo se concreten.
Amén
  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS
 
Copyright © Mi amada Malú