miércoles, 26 de marzo de 2008

En verdad nunca he dejado de pensar en tí Malú

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Malu-chiquita La verdad lo intento pero hasta ahora no puedo. El dolor por la partida de mi Malú es enorme. Mi vida debe continuar, de eso no hay la menor duda, pero ya es más o menos habitual el que me por distraerme con la computadora, ver cable o quedarme dormido, me olvide de ver la velita que tengo prendida frente a la urna de mi adorada Malú. Probé programar el jetAudio para que me avise cada 6 horas que es lo que dura más o menos cada velita. Pero no siempre paro en mi estudio y por consiguiente la alerta no la escucho. Ahora por ejemplo vi que la velita tenía como para media hora más. Subí a mi habitación para almorzar mientras veía cable y sabía que a la 1pm debía de bajar (media hora después de subir) y me olvidé porque estaba viendo una película antigua, que ya había visto por cierto, por cable. Y sé que con el tiempo esto no va a cambiar mucho que digamos. Hay veces que pese a haberme olvidado o distraído tengo la fortuna de poder llegar a tiempo justo cuando apenas hay un puntito de vida en la velita. Otras veces encuentro el cascarón de la velita misionera tibio y algunas otras totalmente frío.

Puede que les suene patético pero desde mi perspectiva yo no tengo perdón de Dios ni de nadie. Ni bajo estas circunstancias, habiendo ella partido hace ya casi 5 meses, puedo ofrecerle la atención que merece y por la cual no puede reclamar ni protestar porque no está conmigo. Aún recuerdo el día que llegó a mi casa. La llevé al jardín y me eche bajo el árbol, sobre una frazada, y la tuve a mi lado un rato. Me quedé dormido y a los 2 días tuve gripe. Era inquieta y muy juguetona. Sus patas eran enormes en proporción a su cuerpo y sus orejitas también. Parecía una pequeña imitación de Batman. Ahora, divorciado legal y finalmente, veo mi vida en perspectiva y estoy muy inclinado a buscar una vida tranquila, sencilla y sin pareja. Veo en mi perspectiva de vida la presencia de otra pastor alemán. La llamaré Vania. Ayer Mishka me visitó por la noche y durmió conmigo un rato. No suele hacer eso seguido. Sé que la lloraré mucho cuando le toque el momento, y sé que cuando venga Vania también tendré que despedirme de ella en su momento. Sé que será mucho dolor y sufrimiento, pero ¿saben?, ellas lo valen, gramo a gramo. Busco mi redención por lo que no le di pudiendo y sabiendo que podía darle. ¿Tendré algún día la paz y perdón?. En esta vida no, de eso estoy seguro.

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viernes, 14 de marzo de 2008

Soy responsable de la partida de mi Malú

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Picture 61 No sé si a alguien le interesara o de plano pensarán que estoy exagerando, confundiendo las proporciones que en realidad amerita este tipo de situación pero este blog me sirve como catarsis para muchas cosas. A mi Malú le detectaron cáncer nasal, inoperable. La única vía posible era la quimioterapia pero era un arma de doble filo: o la cura o la acaba. Tomé la decisión por el enorme amor que le tenía y tengo de que mi gran amiga, la Dra. Carola Camayo, diera inicio a la quimioterapia. La primera semana la paso tranquila. La segunda semana, al 3er día de habérsele aplicado la 2da sesión dio muestras de los estragos pues fue la primera vez que se desmoronó pues sus patitas no podían soportar el peso de su cuerpo. Dos días después no pudo controlar sus funciones renales y al cargarla noté que había bajado enormemente de peso. Al día siguiente falleció en mis manos a las 6:20am.

Yo di la orden de iniciar la quimioterapia. El día que partió mi Malú respiraba agitadamente, hiperventilándose y tenía la nariz fría. No me reconocía porque la llamaba y ni volteaba. Llamé a Carola para suplicarle que venga rápido y de fin al sufrimiento de mi Malucita. No fue necesario porque ella, en un gesto que la ennoblece, decidió irse por su cuenta y no dejar que cargue con el remordimiento, pena y recuerdo de haber dado la orden de que le aplicarán la inyección que daría fin a su sufrimiento....... y también a su vida.

Pero, ¿acaso no hice eso al dar la orden de que se inicie la quimioterapia?¿habrá sufrido mucho?¿acaso no soy responsable de ello?¿acaso no soy responsable de la partida de mi adorada Malú?. Muchas respuestas podrán brindarme sobre el tema, probablemente diciéndome que hice lo correcto y demás. Pero seamos sinceros: es cierto que no había otro camino, o era eso o dejar que el maldito cáncer la consuma y sabe Dios como habría sufrido. Los perritos no muestran el dolor como los humanos. ¿Habrá sufrido mucho mi Malú?. Sólo ella y Dios lo saben. ¿Aceleré su partida con la quimioterapia?. Por supuesto. ¿No fue mi decisión la que acabo por terminar con la vida de esta hermosa y fiel pastor alemán?. Si. Entonces, ¿tengo perdón, soy merecedor de alguna excusa o justificación que me exima de haber ayudado a terminar con la vida de mi compañera?. Yo siento que si, y la verdad, moriré con esta idea.

El precio de madurar y mejorar con las experiencias vividas es totalmente proporcional al dolor que tenemos que experimentar para aprender si o si algunas cosas, normas y leyes de la vida. Sólo sé que es así. Perdóname Malú, donde quiera que estés, perdóname porque mi intención fue curarte, aún sabiendo el riesgo que corríamos. Maldito cáncer, si alguna vez cobras forma física te aseguro que te buscaré sin reparar gastos ni sacrificios y te haré sufrir hasta que quedes polvo y desaparezcas de la faz de la tierra. Perdóname Malú querida. Perdóname por favor.

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Copyright © Mi amada Malú