viernes, 14 de marzo de 2008

Soy responsable de la partida de mi Malú

Picture 61 No sé si a alguien le interesara o de plano pensarán que estoy exagerando, confundiendo las proporciones que en realidad amerita este tipo de situación pero este blog me sirve como catarsis para muchas cosas. A mi Malú le detectaron cáncer nasal, inoperable. La única vía posible era la quimioterapia pero era un arma de doble filo: o la cura o la acaba. Tomé la decisión por el enorme amor que le tenía y tengo de que mi gran amiga, la Dra. Carola Camayo, diera inicio a la quimioterapia. La primera semana la paso tranquila. La segunda semana, al 3er día de habérsele aplicado la 2da sesión dio muestras de los estragos pues fue la primera vez que se desmoronó pues sus patitas no podían soportar el peso de su cuerpo. Dos días después no pudo controlar sus funciones renales y al cargarla noté que había bajado enormemente de peso. Al día siguiente falleció en mis manos a las 6:20am.

Yo di la orden de iniciar la quimioterapia. El día que partió mi Malú respiraba agitadamente, hiperventilándose y tenía la nariz fría. No me reconocía porque la llamaba y ni volteaba. Llamé a Carola para suplicarle que venga rápido y de fin al sufrimiento de mi Malucita. No fue necesario porque ella, en un gesto que la ennoblece, decidió irse por su cuenta y no dejar que cargue con el remordimiento, pena y recuerdo de haber dado la orden de que le aplicarán la inyección que daría fin a su sufrimiento....... y también a su vida.

Pero, ¿acaso no hice eso al dar la orden de que se inicie la quimioterapia?¿habrá sufrido mucho?¿acaso no soy responsable de ello?¿acaso no soy responsable de la partida de mi adorada Malú?. Muchas respuestas podrán brindarme sobre el tema, probablemente diciéndome que hice lo correcto y demás. Pero seamos sinceros: es cierto que no había otro camino, o era eso o dejar que el maldito cáncer la consuma y sabe Dios como habría sufrido. Los perritos no muestran el dolor como los humanos. ¿Habrá sufrido mucho mi Malú?. Sólo ella y Dios lo saben. ¿Aceleré su partida con la quimioterapia?. Por supuesto. ¿No fue mi decisión la que acabo por terminar con la vida de esta hermosa y fiel pastor alemán?. Si. Entonces, ¿tengo perdón, soy merecedor de alguna excusa o justificación que me exima de haber ayudado a terminar con la vida de mi compañera?. Yo siento que si, y la verdad, moriré con esta idea.

El precio de madurar y mejorar con las experiencias vividas es totalmente proporcional al dolor que tenemos que experimentar para aprender si o si algunas cosas, normas y leyes de la vida. Sólo sé que es así. Perdóname Malú, donde quiera que estés, perdóname porque mi intención fue curarte, aún sabiendo el riesgo que corríamos. Maldito cáncer, si alguna vez cobras forma física te aseguro que te buscaré sin reparar gastos ni sacrificios y te haré sufrir hasta que quedes polvo y desaparezcas de la faz de la tierra. Perdóname Malú querida. Perdóname por favor.

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5 comentarios:

Andrés Borbón dijo...

Terrible historia. Siempre es muy triste cuando un ser querido parte, trátese de una persona o de una mascota, mucho más cuando se trata de una con quien nos habíamos encariñado profundamente.

Rómulo dijo...

Dobles gracias Andrés...... la primera por responder de esta forma, tan breve pero sincera.

La segunda porque no pensé que alguien, honestamente lo digo, se percatara de este artículo cuando apenas tiene ni 5 minutos de publicado. Eso me hace sentir menos solo.

Un saludo desde Lima, Perú

LaClau dijo...

Rómulo, lamento mucho el dolor que te ha ocasionado la pérdida de Malú. La verdad es que no existen palabras para sentirse mejor, y muchas veces están de más. Sólo quiero decirte que te acompaño en este dolor. No te eches la culpa de lo que pasó, créeme que los humanos no le podemos quitar a Dios (si crees en él, independientemente de la religión que practiques) su trabajo, él es quien decide sobre esos asuntos.
Si te gusta leer te recomiendo el libro de Elizabeth Kübler-Ross: Lecciones de Vida. Creo que puede serte de mucho apoyo en estos tiempos de tristeza y duelo.
Un abrazo desde México.

LaClau dijo...

También recomendaría el libro de Jorge Bucay, El camino de las lágrimas.

Rómulo dijo...

Muchas gracias por tus palabras y recomendaciones. Ahora mismo estoy búscando en Internet ambos libros, con la esperanza de encontrarlos en algún formato de lectura digital. Aunque lo de mi Malú fue el 31 de Octubre pasado, aún sigo extrañandola mucho, y no dejo de sentir esta culpa cuando olvido ver su velita y al regresar constato que ya estaba apagada..... supongo que cada quien con su karma, no se la verdad.

Un saludo desde Lima, Perú

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