jueves, 20 de diciembre de 2007

Hoy cumpliría 6 añitos

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La distancia nunca será un problema entre nosotros porque estamos unidos de por vida con un sentimiento y recuerdos que sólo nos pertenecen. Nunca estaremos solos en ningún momento porque desde que nos vimos supimos que éramos la parte que le faltaba al otro para ser un ser vivo completo.

Resultaste más noble que muchos humanos, más fiel que muchas promesas, más amorosa que muchos romances y más justa que muchos juramentos. Diste tú vida para despertar la fe dormida que había en mi. ¿Acaso valgo tanto?. No lo sé.
Pero si sé que regalos como el tuyo no se pueden ni deben desaprovechar, y a tandas voy andando este nuevo camino, buscando ser un hombre mejor para que cuando me toque el momento de partir de este mundo, Dios me conceda el honor de poder ingresar a su reino y poder volver a verte nuevamente y jugar lo que no jugamos, retozar lo que no retozamos y pasear lo que no paseamos. Tendré tantas cosas que contarte para entonces que no pasará ni un sólo instante en que todo sea novedad entre nosotros.

Hoy buscaré un bizcochito, de esos que nunca pude darte por tu problema de estomago delicado, de esos que vienen en par de la marca Pyc, y le pondré 6 velitas, y cantaremos mi mami, mi tía y yo tanto el "cumpleaños feliz" como el "happy birday to you". Luego aplaudiremos como siempre se hace. Partiremos el bizcochito en 4: mi mami, mi tía, Mishka (tu hermana mayor pekinesa) y yo. Y lo celebraremos en el comedor frente a ti mi querida Malú.

Prometo ser un hombre de bien. Pronto nos reuniremos. El tiempo no tiene significado para ti ahora, pero si para mí. Deberé ser paciente. Por ti y por todas las que vengan después a seguir tu legado, a todas amaré por igual. Tú eres el inicio y al final de mis días serás mi continuación Malú querida.

Feliz cumpleaños Malucita.
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miércoles, 5 de diciembre de 2007

En memoria de mi Malú

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20 de Diciembre del 2001 - 31 de Octubre del 2007

Empezar un nuevo día sin su presencia en la casa, no se siente extraño hasta que el sol termina de calentarla. Los hábitos luchan por mantenerse vivos, y apenas uno percibe que algunas rutinas son más fuertes por el dolor de tu ausencia. Si en verdad me parece que con tu partida se han ido los colores del mundo. Puedo explicar el conflicto de emociones precedido por las palabras "si hubiera", e inclusive puedo explicar por qué mi memoria es tan selectiva y crítica para mostrarme los eventos más duros como cuando me enojaba contigo exagerada e injustamente. Sin embargo la capacidad de poder explicar y entender lo que pasa por mi mente y mi alma no me pudo preparar para el cambio que empezó a obrar en mi desde el día en que partiste.

Con el paso de los días descubrí que tu ausencia no se manifestaba tan dramáticamente como al inicio, y me sobrecoge el sentimiento de vergüenza por haberme acostumbrado tan pronto a tu alejamiento. Sé que no es la forma más precisa de mesurar mis sentimientos hacia ti sino probablemente la forma de entender que toda experiencia por dolorosa que está sea, nos depara una enseñanza que nos ayuda a madurar y enfrentar la vida con mayor soltura, presencia y seguridad.

Los sentimientos más hermosos y puros que podamos experimentar no pueden ser descritos con palabras, ni comunicado con frases, ni manifestados con gestos, pues simplemente se siente y existe aún cuando no hay un contacto visual sino un simple saber que estamos a un tiro de piedra de distancia, y sólo basta ir de un lugar a otro en la casa para encontrarnos y saber que el amor que sentimos es recíproco no importando que soy un ser humano y tú una perra maravillosa.

Tu partida me hace preguntarme sobre qué abrá después que uno deja este mundo. Un gran artista al que yo admiré mucho dijo una vez sobre el tema "prefiero creer que sí existe otra vida después de esta pues sería muy triste que todo terminara cuando cerráramos los ojos". Tu partida despertó en mi el hambre de fé y parece que lo que no pudo hacer el hombre lo hizo una mascota. El día que miré tus ojos por última vez sin saberlo empezaba una nueva etapa en mi vida. No es una etapa esperada ni mucho menos deseada con vehemencia, pero parece que es una etapa para la que ya estoy preparado. De niño siempre solía decir con aire de autosuficiencia exagerada y un matiz filosófico que casi rozaba con lo caricaturesco, que uno viene a este mundo para cumplir una misión y que cuando la cumple se debe de retirar para dejar espacio a los que vienen a cumplir nuevas misiones. Suena como que somos simples peones en un juego de ajedrez místico, donde no parece haber libre albedrío. Ahora adulto me doy cuenta de que hay mucho de verdad en lo que pensaba de niño pero entendido desde otro punto de vista por supuesto.
Descubrir de lo que somos capaces de hacer por amor a alguien suele venir acompañado de un dolor y una angustia porque parece que ése es el mejor abono para que floresca en nuestro espíritu la fraaganciosa rosa del amor incondicional. Pero también solemos descubrir de lo que somos capaces de sentir habiéndolo ignorado por mucho, mucho tiempo. La condición de humano tiene muchas limitaciones, la condición de ser una mascota tiene muchas ventajas, y la verdad lamento mucho no haber aprendido de ti todo de lo que eras capaz de enseñarme.
Las confesiones en solitario tienen un carácter melodramático muy especial, y al mismo tiempo representan un gesto inequívoco de que, preparado o espontáneo, uno va asumiendo poco poco el conocimiento de la nueva vida que está empezando y que parece seguir el derrotero de siempre, y aunque el paisaje sigue siendo el mismo, al haberte llevado los colores del mundo con tu partida ha dejado una gama de colores diferente que alegra mi vida y tranquiliza mi espíritu de una forma que sólo tú podrías haberlo hecho. Has dejado un vacío tan grande que si no aprendo yo de ello será un espacio desperdiciado. Has dejado una enseñanza tan profunda que si no soy capaz de aprender de ella entonces no podré continuar el camino que estoy andando y ambos sabemos que tengo que andarlo. Sólo no estoy y nunca más lo voy estar porque eres parte de mi ahora y para siempre, y lo que disfrute y sufra lo disfrutaré y sufriré contigo, pues de una forma u otra lo que fue unido en este mundo con el amor que nos tuvimos no puede ser separado. El amor es uno y sólo varía la intensidad y la forma de manifestarlo pero no entiende ni de forma, género ni especies.
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miércoles, 21 de noviembre de 2007

Para los que dicen que los perros son irracionales

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Le gustaba Brahms, Schubert y Beethoven. Siempre que tocaba alguna obra de estos compositores, al rato aparecía en el estudio, entrando bien despacito, sentándose a mi costado izquierdo y mirándome un rato, y al ver que no le prestaba atención (eso era porque estaba tocando obviamente), se subía al sillón (su sillón de siempre, ver este artículo) y se quedaba dormida pero bien, bien profundamente.

Nunca dejó de venir a escuchar Brahms, Schubert o Beethoven. Ahora que si me ponía a tocar Mozart, entraba con la cola como helicóptero, la lengua afuera en señal de alegría y luego así como rauda venía, rauda se iba. Eso sí, Rachmaninoff y Liszt no eran de su preferencia y parece que Bach le daba flojera o algo así, porque será, no lo sé.


Pero no es eso lo que les quiero contar, sino otra cosita. Ella desarrolló un "juego" con todos los miembros de mi familia. Primero se acercaba al estudio por la puerta que da al patio, asomando medio cuerpo y mirándome fijamente. Yo le devolvía la mirada y le mandaba un beso volado, pero ella quieta. Me miraba fijamente. Eso despertó mi curiosidad. A la cuarta o quinta vez que hizo lo mismo (en días diferentes), la seguí en puntillas luego de asomarse por la puerta. Y vi que se iba a la cocina a ver quien estaba por ahí, como no encontraba a nadie se asomaba por la puerta que da de la cocina a la sala comedor y ahí vio que estaban mi mami y mi tía. Regresó por sus pasos hasta el patio y tomó la puerta que da a la escalera que va al segundo piso (donde están nuestras habitaciones) y subió "como ninja", despacio, grada por grada, hasta llegar al segundo piso y ahí se fue al cuarto de mi mami. ¿Para qué?. Bueno, pues le gustaba comerse el alimento de Mishka (mi pekinesa de 11 años) pues le gustaba como "postre" a veces.


Pero mírenla que primero veía quien estaba ocupado y quienes no, sino no subía.


Esa era mi Malú. A ver quién vuelve a decir que los perritos son "irracionales".

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miércoles, 14 de noviembre de 2007

El legado espiritual de mi Malú

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Puede que no me lo crean, puede que si, el hecho es que lo que les voy a narrar sucedió tal cual lo voy a referir, sin omitir detalle alguno.

El día en que el médico veterinario tomó las placas radiograficas a mi Malú para ver el motivo por el cual estaba teniendo un pequeño sangrado nasal y que luego me informó que era causado por un cáncer y que las probabilidades de vida de mi Malú eran mínimas, al regresar a casa, mi Malú se subió a su sillón preferido (su balcón) que esta en nuesta sala comedor. Yo me senté en una silla a su lado y provisto de papel higíenico suave (ese de doble hoja con aloe vera para no dañarle su naricita) empecé a limpiarle las gotitas de sangre que le salian. En un momento determinado me puse a rezar, algo que JAMÁS había hecho de la manera tan seria y profunda como entonces lo empecé a hacer. Era una secuencia de "Padres nuestros" y "Aves Marías". Lo hice porque sabía bien que no podía hacer nada más por ella, nada más a mi alcance real.

Empezó al día siguiente su quimioterapia. Y para entonces empecé a sacarla al jardín 2 veces al día (por la tarde y por la noche) para rezar. Ella estaba retozando por ahí, o se tiraba por allá y yo simplemente caminaba por todo el contorno del jardín (más o menos de 100mts2) rezando padres nuestros y aves marías y de vez en cuando pidiendole a mi "padre" (se entiende a Dios) por la vida y salud de mi Malú. Le ofrecí lo más que pude y que sabía realmente que podría ofrecer, inclusive le dije "toma años de mi vida y salud para dárselos a ella".

En fin, la cosa siguió así por varios días.

Un domingo por la tarde, una tarde soleada, mientras estaba rezando y hablando con mi padre, me detuve en seco en un momento determinado y pense para mi "¿me atrevo a decirlo en voz alta?", pues había pensado decir algo y muy en serio, lo cual me asustó primero y luego me desconcertó, motivo por el cual me cuestioné. Al final lo dije : "creo en ti señor, tengo fe plena en ti, me entrego incondicionalmente a ti señor y lo único que te pido consideres como padre que soy de Malú, es que le des la oportunidad de salir bien de esta situación y le permitas vivir los años que deba para que luego descance por viejita pero no te la lleves de esta forma".

Al día siguiente tenía una reunión con un cliente, para cobrar un pequeño trabajito que había realizado (una pequeña modificación en un diseño realizado hace 5 años). Fuí a sus oficinas al mediodía, entré y hablé con la recepcionista para que me anuncie y luego me invitó a esperarlo. Al voltear vi un mural, de esos en que los empleados ponen avisos. Ahí divisé una estampa del Señor de los Milagros (el mes en que sucede todo esto es Octubre, el mes morado en mi Perú por tradición). Me sonreí porque al costado había una hoja impresa con algo que parecía era una oración. Para mi pensé "otra oración de devoción incondicional, vamos a leerla". Las 4 primeras líneas me dejaron helado literalmente, frío y congelado de la emoción y de la sopresa:



Cuánto he esperado este momento,
cuánto he esperado que estuvieras así.
Cuánto he esperado que me hablaras,
cuánto he esperado que vinieras a mi.



Entonces le pedía la recepcionista si podía darme una copia y ahí me enteré de que era la letra de una canción:


Cuánto he esperado este momento,
cuánto he esperado que estuvieras así.
Cuánto he esperado que me hablaras,
cuánto he esperado que vinieras a mi.

Yo sé bien lo que has vivido,
yo se bien porqué has llorado;
yo se bien lo que has sufrido
pues de tu lado no me he ido.

Pues nadie te ama como yo,
pues nadie te ama como yo;
mira a la cruz, esa es mi más grande prueba. (bis)

Yo se bien lo que me dices
aunque a veces no me hablas;
yo se bien lo que en ti sientes
aunque nunca lo compartas.

Yo a tu lado he caminado,
junto a ti yo siempre he ido;
aún a veces te he cargado.
Yo he sido tu mejor amigo.



Letra y música : Martín Valverde
Blog personal




Luego de terminar la reunión con mi cliente emprendí el regreso a mi casa. Pero desde ese momento estaba invadido por una paz y tranquilidad que nunca había tenido antes. Simplemente esta en paz, con esa tranquilidad que tiene uno por aceptar lo que va a venir con resignación y sin protesta alguna. Creía a veces que era un signo de que Malú saldría victoriosa y otras que sería tarde para ella (como al final lo fué). Pero en todo caso me sentía en paz.

Y no sólo era cuestíon de paz sino que desde entonces mi trato con los demás cambió a un trato más condecendiente, amable y tolerante (algo francamente raro en mi persona hasta entonces). Obviamente voy a morir como todos, pero nadie me quitará de mi mente el hecho de que esto que les acabo de contar ha sido una respuesta a mis rezos y plegarias de parte de Dios.

Como corolario, días después estaba discutiendo con mi tía sobre la extraña sensación de paz que tenía y las dudas que me abrazaban. Eso por la mañana. En la tarde me llamó un muy buen amigo mío, afinador de pianos de profesión, lo conozco más de 15 años. Al contestar el fono me dijo de entrada "¿Cómo sigue tu perrita mi amigo?". Bueno le conté y hablamos algo más. Al final me dijo esto : "Te llamé para decirte 2 cosas. La primera saber como sigue tu perrita y la segunda cosa es decirte esto : ten fe hermano.". ¿Coincidendia?. Para nada, esta fue otra señal de mi padre Dios dandome ánimos por intermedio de alquien a quien quiero y aprecio mucho.

Hoy mi Malú no esta más conmigo. El maldito cáncer y la quimioterapia fueron mucho para mi bella pastor alemán. Pero mi hija (todas mis perras son como hijas para mi, les guste, compartan o entiendan mi opinión no importa, yo las amo así) realizó el sacrificio más grande que ser vivo pueda hacer por otro: dió su vida para que despertará en mi la fe dormida que tuve por más de 45 años. En algún momento Malú conversón con Dios y acordaron eso, dió su vida para darme a mi la bendición de la fe.

Esto ocurrió tal cual se los cuento. Por eso al pie de su urna hay y habrá mientras tenga vida, una velita misionera y le rezaré siempre para pedirle perdón por no haber sabido valorarla, amarla y por el mal trato que ha veces solía darle. Y rezo pidiéndole a Dios guie mis pasos para hacer de mi un hombre de bien y para que cuando me toque partir de este mundo, tenga el privilegio de entrar a su casa para ver a mis seres amados y a mi Malú.

Malú, gracias por tu regalo mi hija, no lo voy a desaprovechar. Tienes mi palabra de padre y hombre.
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miércoles, 7 de noviembre de 2007

El puente del arco iris

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Justo a este lado del cielo existe un lugar donde hay un PUENTE que une el Cielo con la Tierra. Es llamado EL PUENTE DEL ARCO IRIS y se llama así porque está hecho con todos los colores del Arco del Señor.
Cuando un animal muere y ha estado especialmente unido a alguien aquí, esta mascota va al PUENTE DEL ARCO IRIS. Está lleno de praderas, colinas y valles cubiertos de verde y fresca hierba donde nuestros especiales amigos pueden jugar y correr juntos. Allí también hay agua y comida y el tiempo es agradable y cálido, como si siempre fuera primavera, para que nuestros amigos se sientan a gusto. Allí los animales viejos o enfermos vuelven a tener juventud y vigor, y aquellos que han sido heridos o mutilados, son recompuestos y recuperan su fortaleza de nuevo, tal y como nosotros los recordamos en nuestros sueños de días que ya se fueron.

Allí los animales están felices y contentos excepto por una pequeña cosa: ellos añoran a alguien, a esa persona especial que amaron y que un día tuvieron que dejar atrás

Y mientras corretean y juegan juntos, llega el día en que uno de ellos de repente se detiene y mira a lo lejos. Sus brillantes ojos atentos, su ansioso cuerpo se estremece, sus orejas alerta. Súbitamente se separa del grupo y volando sobre la verde hierba, sus patas le llevan cada vez más y más deprisa. TÚ HAS SIDO DIVISADO, y cuando tú y tu especial amigo finalmente os encontráis, os fundís en un jubiloso abrazo, que nunca se volverá a romper. Besos de felicidad llueven sobre tu cara, tus manos vuelven a acariciar su amada cabeza y tú una vez más miras dentro de los sinceros ojos de tu mascota, durante tanto tiempo lejos de tu vida pero nunca ausente de tu corazón.




El 31 de Octubre del 2007 falleció mi adorada Malú, víctima de un cáncer nasal fulminante. Falleció dentro de la casa, en la sala donde más le gustaba estar, en mis manos suspiró por última vez y se quedó dormidita como siempre. El regalo más hermoso que Dios me dio fue el amor de esta maravillosa compañera y fiel amiga. Para ti Malú, donde te encuentres ahora, sólo es cuestión de tiempo mi amor para poder reunirnos pues para ti ahora el tiempo no significa nada, y más bien seré yo el que tenga que esperar años para poder volver a estar a tu lado y darte lo que en vida no pude darte. Gracias por lo que me has dado y lo que me has dejado Malú. Te extraño mucho.
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Copyright © Mi amada Malú